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Mostrando entradas de marzo, 2010

¿Y el Tiempo Robado?

Leyendo las noticias resulta imposible no pensar acerca de Pablo E. Moncayo, el soldado colombiano que fue secuestrado por las FARC hace 12 años y recién fue liberado. Cuando este hombre tenía 19 años estaba en la filas del Ejército Nacional resguardando una zona alejada de la geografía colombiana y en uno de tantos ataques fue arrastrado a la selva en calidad de rehén de guerra. Al cabo de más de una década vuelve a ver a su familia y regresa a la urbe, en un indescriptible despertar de la pesadilla del secuestro. Ya no es el joven que un día salió de su casa, sino un hombre adulto en sus primeros 30 años, que perdió la oportunidad de hacer una vida común y corriente durante este tiempo. Muchos de nosotros pasamos entre los libros de la universidad, la familia, las amistades y los noviazgos esa etapa vital. No puedo imaginar cómo sería mi vida hoy sin las experiencias de esos años y me surge la pregunta: ¿quién le devolverá el tiempo robado a Pablo Moncayo, a su familia, a todos los s

¿Cómo Decir Adiós?

Quizá es una de las acciones más difíciles que existe para un ser humano. Desprenderse de un trozo de la vida representado en recuerdos, los afectos dados y recibidos, las posibilidades y cientos de experiencias que aún no se viven. Es la única alternativa, el único modo de salir airoso de ciertas situaciones; la solución para erradicar de raíz algunos males. ¿Cómo despedirse de un amigo que se hizo cómplice y guardián de instantes y vivencias? ¿cómo dejar atrás el amor, un sueño, un vicio, la luna llena? Decir adiós es arrancar con la violencia de un susurro esas cosas que se aferran a nuestra memoria y ya no se desprenden fácilmente... algo así como intentar borrar con un acto de voluntad lo que el mundo escribió en el pergamino de la historia. Paisajes lejanos, atardeceres dorados, noches oscuras sucumben bajo el peso de una despedida. Pasos lentos, una mirada, silencio. Una última palabra, sonrisa acongojada sabiendo que es la tristeza la que exhibe su pañuelo blanco. No es fácil,

¿Cómo Seguir con la Vida? (Parte II)

En un post anterior escribí sobre la incertidumbre que se vive al llegar a una meta y no saber hacia dónde continuar (¿Cómo seguir con la Vida? 01/03/2010). Al final del texto mencionaba las cosas que, en mi opinión, pueden ser realmente necesarias para cualquier viaje y ellas son: alimento físico y espiritual, un buen abrigo, una brújula, algo con qué encender fuego, papel y lápiz, un espejo y unos zapatos cómodos. Quiero retomar ese tema porque siento que debo explicar mi lógica al escoger tales objetos como indispensables en un equipaje y porque, para seguir con la vida, hace falta mucho más que identificar los errores, también requerimos identificar nuestros aciertos. En primer lugar debo decir que si llegamos a una meta fue debido a que hicimos muchas cosas bien. Suena un poco tonto decirlo así, sin embargo, vale la pena hacerlo porque a veces nos enfrascamos en el hecho de no saber qué hacer en adelante al grado de no valorarnos nosotros mismos en cuanto personas que pueden logra

¿Cómo Seguir con la Vida?

Creo que a todos nos ha sucedido alguna vez que alimentamos una expectativa, una esperanza y encaminamos todos nuestros esfuerzos a materializar lo que parece ser la suma de lo deseable para nuestra vida. Después de mucha dedicación y hasta sacrificios todo lo que deseamos se vuelve realidad, disfrutamos de aquello por un tiempo y entonces nos preguntamos: ¿ahora qué? No es asunto de que no apreciemos lo que tenemos, no es cuestión de distanciarse emocionalmente de las personas que amamos y nos aman sólo por aburrimiento, ni siquiera el deseo de aventura o novedad. Mirar alrededor y descubrir que el trecho que nos propusimos recorrer algún día ya quedó atrás y nuestra huella en él nos empuja a la duda y la confusión; tenemos cientos de caminos delante y otra vez debemos elegir una meta, medir y sobrellevar nuevos riesgos, escoger compañeros de viaje, dibujar un mapa y surtir la maleta con provisiones. ¡Qué difícil es emprender nuevas expediciones! Casi ni queremos salir de la cama en l