¿Es una Prueba de Resistencia?

A diario enfrentamos situaciones extrañas, en las que conviven la posibilidad de superar viejos hàbitos y la tendencia a sucumbiar ante la fuerza de la costumbre, ciertamente no podemos anticipar cómo resultarán las cosas a fin de cuentas.

Generalmente este tipo de circunstancias viene envuelto en compleja trama de intereses: económicos, sociales, afectivos y hasta espirituales, por lo cual nos coloca en una ambivalencia pesada y frustrante, más si no podemos resolver el dilema a causa de los mismos intereses involucrados. Algunas veces se trata de un romance tormentoso, otras de una amistad incomprensible y ocasionalmente de una posiciòn laboral a la cual no renunciamos aunque no se siente satisfacción, todos asuntos tan profundamente arraigados en lo que define nuestra identidad, capacidad de progreso y crecimiento personal que comenzamos a cuestionar si vivir aquello es un tipo de prueba de resistencia, una manera de saber de qué estamos hechos. Sin duda, se requiere gran claridad mental para afrontar algo así porque es fácil ceder a la desesperación que conlleva el desencanto progresivo de ver en lo que se transformó aquello que lucía como una buena oportunidad.

Es necesario analizar los detalles que rodean el asunto, pero es más importante llegar al fondo, a la pregunta base de cualquier interrogante conectado con la situación conflictiva: ¿porqué lo estoy haciendo, porqué no renuncio?
Si no terminamos con una pareja inadecuada, si conservamos un amigo que no es leal o seguimos yendo a regañadientes a nuestro sitio de trabajo es porque sentimos que estamos "ganando" algo: atenciòn, compañía, estabilidad económica... lo admitamos o no sentimos que ganamos algo de esa condición, en caso contrario sería muy fácil renunciar a ella y regresar a una zona de tranquilidad, sin sentimientos negativos.

Así, entonces, no se trata de algo externo a lo que tenemos que poner la cara y salir adelante sino de algo interior que requiere sinceridad y fortaleza suficiente para dejar de colocar afuera de nosotros la carga de responsabilidad. Es acerca de admitir que tenemos la posibilidad de salir de tal ambivalencia merced a tomar una decisión y ponerla por obra, la motivación para continuar o detener aquella cantidad de emociones y pensamientos depende por entero de nosotros, anteponer a otras personas o las circunstancias es un pretexto para esperar que alguien más tome una decisión y, si las cosas no nos resultan favorables, tener a quien culpar. No se trata de resistir sino de asumir las consecuencias de mantenernos voluntariamente en una situación particular.

La vida es mucho más que eventos positivos y negativos, deseables e indeseables, la vida es un ejercicio permanente de toma de decisiones cuyo valor agregado es la posibilidad de mejorar y sobresalir, sin pretensiones ni heroísmos.

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