¿Esperar a Ciegas?

Esperar es uno de los actos menos deseables para un ser humano, porque en esa pausa forzada debe encarar sus temores, debilidades y falta de paciencia. Siempre que podemos evadimos la espera: en la fila del supermercado, en el semáforo, en la antesala del consultorio médico, etc. Sin embargo, con frecuencia tenemos que lidiar con cosas que no podemos apresurar, con eventos que sólo ocurrirán en el momento indicado, con personas a quienes no podemos presionar y lo único que podemos hacer es permitir que el tiempo trascurra y confiar en que aquello que aguardamos sucederá.

Cuando esperamos por una oportunidad que no se presenta tenemos ocasión para darnos cuenta de tres cosas:
1- En realidad no controlamos nuestra vida.
2- Todavía no hemos completado nuestra misión en el lugar y con las personas que nos encontramos actualmente.
3- Dios,a traves de las circunstancias, está moldeando nuestro carácter.

Cuando esto nos suceda no le pidamos a Dios que nos abra nuevas puertas, pidamos que nos abra los ojos y el entendimiento para captar la lección. Quizá la oportunidad no se presenta bajo la fachada que suponemos que debería tener sino con un preludio de necesaria reflexión y humildad, antes de que nos sea concedido el anhelado regalo.

Por esto debemos vivir por fe y no por vista.

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