¿Vivos o Muertos?

Indudablemente resulta difícil seguir con la vida en el momento inmediatamente posterior a que perdemos a un ser querido y aunque el paso del tiempo cumpla con su labor sanadora algunas veces vuelve a nuestro corazón la añoranza por esa persona y los momentos compartidos a su lado.

Hace varios años falleció alguien muy querido por mi y recientemente se cumplió un año más de su partida. No pude evitar recordarle ese día y traer a memoria algunas vivencias durantes los días posteriores, y pese a que creí que todo se había limitado a esos recuerdos en días pasados soñé de una manera vívida con él. De manera "coincidencial" otro allegado soñó también algo que involucraba a esta persona fallecida y al platicar nos dimos cuenta de aquella situación. Como era de esperar, antes de saber de la "coincidencia" le atribuí mi sueño a que algo de lo evocado anteriormente se quedó en forma inconsciente y se manifestó en forma de sueño. Después de la conversación me quedé pensando si significaban algo en particular esos sueños y le estuve dando vueltas al tema por un rato y luego lo olvidé. Hoy, comentando sobre otros asuntos vino a mi memoria un pasaje bíblico no muy conocido pero que resultó ser la respuesta a ese interrogante: "... los muertos no saben nada... y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida" (Eclesiastés 9:5-6). Fue un poco impactante darme cuenta que estaba cayendo en la falsa creencia de que debía haber un motivo más profundo para los sueños que tenían como factor común a una persona fallecida. Y como broche de oro vino a mi mente otra cita: "Él no es un Dios muertos, sino de vivos..." (Marcos 12:27a).

Debo admitir que sentí un gran descanso al confirmar que no hay una razón distinta al efecto psicológico que ocasiona recordar la pérdida de una persona a quien amamos y que nuestro presente y futuro no está ligado a manifestaciones extrañas de un pasado que, por muy bonito que haya sido, debe quedarse atrás y no ser una trampa para nuestro crecimiento espiritual, intelectual y afectivo. No hay ningún mensaje ni aviso que Dios me esté enviado por medio de aquella persona y, si hay algo que quiera decirme, seguramente me lo hará saber con métodos que alenten la vida y no la muerte.

Esto me hace pensar ¿En cuántas formas estamos dando poder en nuestra vida a las expresiones de la muerte? ¿Cuántas mentiras están impidiendo que veamos más allá de mitos, tradiciones y temores? ¿En qué aspectos estamos permitiendo que los muertos nos roben la vida? ¿Cuáles anclas del pasado nos impiden navegar libremente hacia nuestro futuro?

"Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido. Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida"
Eclesiastés 9:5-6 (NVI)

"... Porque hay un solo Dios y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"
1 Timoteo 2:5 (NVI)

"Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Ustedes andan muy equivocados!"
Marcos 12:27 (NVI)

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