¿Amor o Pasión?

Escucho hablar a personas de diferentes edades, relatar sus experiencias de pareja y comentar con entusiasmo: "yo conocí el amor con (...), no había nadie más con quien yo quisiera pasar mi tiempo, sólo necesitaba que (...) estuviera conmigo para sentirme completo(a)". Pensando en términos de que el amor es un vínculo hacia la vida, un puente a la armonía con el universo, un medio para alcanzar a otros seres humanos y una manifestación de todo lo bueno, positivo y deseable que pueda haber en el interior de una persona, entonces, lo que estas personas sintieron hacia la pareja de la que hablan, ya sea con ilusión o añoranza, no fue amor sino otra emoción.

No puede ser amor algo que nos aisla y nos desvincula del mundo, algo que disminuye nuestra habilidad para darnos en forma generosa y desinteresada a diferentes niveles.  El amor de pareja, generalmente, es exclusivo en cuanto ciertas actividades y momentos están ligados a una única persona, no obstante, ese amor -si es tal- amplía nuestro deseo de cultivar la belleza en todas sus manifestaciones: la naturaleza, el contacto humano, la creación artística y la contemplación espiritual, para ello debemos interactuar, ser parte de ese mundo palpitante con su humanidad diversa y ser mensajeros de la divinidad por medio del abrazo y la palabra, de los actos que trascienden y llenan corazones.

En cambio ¿no es acaso una pasión lo que nos acapara y nos consume? ¿Podría ser amor algo que nos abstrae, nos distrae y nos bloquea para dar de nosotros en compañía, bondad y presencia? Esa es la diferencia, esa es la mentira y la incogruencia: aprendimos a llamar amor a la pasión. El amor nos da y la pasión nos quita, porque la pasión es algo que nos roba la paz, la posibilidad de sentirnos seres enteros, dignos y alegres. La pasión nos quita la identidad, la capacidad de ser por nosotros mismos, sin necesidad de definirnos en función de otra persona o de otra cosa. También nos arrebata el equilibrio y la conexión con lo eterno porque nos ata a algo o alguien terrenal y efímero. El amor nos permite vivir un eterno presente y ver con esperanza el futuro mientras que la pasión nos ancla al pasado y nos hace temer por lo que ha de venir.

Piensa lo que sientes por esa persona... es ¿amor o pasión? Ten en mente que la pasión esclaviza y el amor libera. Quizá, si lo decides así, hoy puedas renunciar a esa pasión y hacer que este sea el día de tu liberación.

"y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."  Juan 8:32



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