¿Te escondes tras la crítica a tus padres?

"Ningún sufrimiento concede derechos, ninguna postura existencial edificada sobre heridas concede merecimientos". J. Garriga

Cuando Sigmund Freud propuso su teoría psicoanalítica puso énfasis en lo sexual y en la infancia como bases del ser y hacer de la persona. Al paso de los años ese enfoque sirvió para que más de uno se escudara en las actitudes  y experiencias en el hogar paterno, a fin de justificar su falta de aceptación ante las circunstancias y de capacidad para afrontar aquello sobre lo que no tenemos poder y que, sin embargo, es nuestro como cada respiración: la vida.

Llegamos a este mundo mediante la unión de un hombre y una mujer que en algunos casos se quedaron y en otros se fueron, que estuvieron para nosotros o cuya ausencia fue muy presente, eso no importa... en su semilla colocaron absolutamente todo de si y de allí salimos nosotros. No fuimos obra de la casualidad, entre millones de espermatozoides uno en particular cumplió la misión de alcanzar ese óvulo que, esquivo y tímido, se escondió en los ovarios de nuestra madre desde el momento de su propia gestación.

No hay seres perfectos, no hay hijos perfectos como tampoco hay padres ideales, solo hay personas esforzándose por hacer bien su tarea con lo que tienen en la mano, en el corazón y en la mente; muchas veces no entenderemos los motivos de un padre ausente o de una madre maltratadora y, aun así, no somos jueces de sus acciones u omisiones; aunque no podamos comprender a un jefe de hogar autoritario ni a una madre de familia sumisa es imposible declarar en su contra falta de amor, porque no nos consta. Posiblemente nosotros tampoco nos demos cuenta de nuestros errores mientras los cometemos ¿lo hemos pensado?

Quizá si nos imaginamos simplemente agradeciendo por la oportunidad de estar vivos y de tener la opción de decidir aquí y ahora cómo conducir nuestra existencia nos daremos cuenta de lo innecesario de culpar a papá y mamá por lo que hicimos o dejamos de hacer. Seguir culpándolos es escondernos en la justificación de que ellos tienen el "poder" sobre nuestra vida y somos títeres de su voluntad ¿acaso tenemos libertad para criticarlos pero no para mirar al mundo a la cara y tomar rumbo por la senda de nuestras aspiraciones?

Ahora te digo esto en forma personal: acepta, agradece, hazte responsable y actúa, ya no como el niño que en su inocencia solo espera amor completo e incondicional, sino como el adulto que reclamas ser... como el adulto que, quizá por casualidad (¿?), tiene la misma edad que tus padres cuando te estaban criando a ti.

"Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios".  Éxodo 20:12

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿No tener hijos es un castigo de Dios?

Confrontar a la Autoridad: ¿Valor o Rebeldía?

¿Más espinas que rosas?