¿Es Malo Buscar 15 Minutos de Fama?

En razón a las numerosas respuestas surgidas del tema publicado previamente me propuse la tarea de analizar la búsqueda de notoriedad y sopesar los pro y contras de esa conducta.

Definitivamente la necesidad de reconocimiento es inherente a la naturaleza humana, desde la infancia queremos que nuestros padres se fijen más en nosotros que en nuestros hermanos, en ambientes académicos buscamos destacar por la capacidad intelectual, atlética o artística, en el trabajo por aportar ideas nuevas y productivas, el caso es no ser "uno del montón". Es normal buscar ser una persona con una característica que nos distinga de los cientos de personas que se mueven a diario en nuestra red social, de hecho, es una fuerza que nos impulsa a mejorar, a exigirnos un poco más, a salir de la mediocridad. En este sentido es positivo el esfuerzo de sobresalir; cuando el deseo de acaparar la atención, así sea por un instante, se cimienta sobre el pensamiento de obtener autoafirmación entonces es diferente.

De manera inconsciente muchas personas se perciben de una forma distorsionada y valoran poco sus talentos, por lo que requieren constantemente obtener aprobación de otras personas y es algo así como una medalla cuando alguien con una posición reconocida socialmente les escucha y responde a sus inquietudes. Prueba de ello son los fanáticos de artístas que llegan a tener un grado tal de necesidad de ser reconocidos por su ídolo que cuando no obtienen lo que buscan se vuelven agresivos. Obvio, esto es un caso extremo, sin embargo, esta condición se gradúa y no todos quienes tienen esta necesidad se convierten en acechadores, aunque sí se hace latente en la relación con la pareja, los padres, las amistades, etc. Es en estas situaciones cuando no resulta benéfica esa necesidad, porque imprime algún grado de desequilibrio en la interacción con otros y se torna egoísta.

Tenemos que, como casi todo en la vida, la notoriedad tiene su lado positivo y otro no tan afortunado y cada uno de ellos tiene una funcionalidad en la vida de cada persona. De ese modo ciertos actores, cantantes y políticos usan la notoriedad con fines de lucro personal mientras otros la aprovechan para evidenciar al mundo problemáticas que afectan a miles de personas y atraen el interés y recursos económicos sobre causas nobles como investigación para buscar cura a enfermedades, solución de conflictos armados, envío de ayuda a poblaciones arrasadas por desastres naturales, entre otras.

A mi parecer no está mal intentar sobresalir del mar de rostros en el que nos hallamos navegando a diario, lo inadecuado es lograr hacerlo y usar esa oportunidad de manera egoísta en beneficio propio en vez de levantar la voz en favor de quienes nunca podrán sobresalir así por diversas causas, de quienes ya agotaron su fuerza y ahora se mecen a merced de la corriente y de aquellos que tienen algo que decir que es más significativo que lo que podríamos decir nosotros. Si podemos conseguirlos usemos bien nuestros 15 minutos de fama.

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