El Secreto: ¿una mentira?

Parece increíble que en una época donde tanta información está disponible todavía haya tanta gente que le apuesta a propuestas peregrinas como la del libro El Secreto. Su afirmación es que teniendo fe ciega en que vamos a obtener lo queremos es suficiente para conseguirlo, no hace falta sino desear y "visualizar" en la mente cómo vamos a disfrutar aquello que queremos y las fuerzas del destino nos lo pondrán en la mano. Atractiva la idea ¿no?

Esta creencia suele basarse en pasajes bíblicos como el que encontramos en el evangelio de Lucas (Cap 17 v. 19), donde Jesucristo le dice a un leproso que acababa de ser curado: "tu fe te ha sanado". ¡Que extraordinario ser curado de lepra - en una época donde la lepra era incurable y además una causa de exclusión social- solo por el hecho de creer que podía quedar sano! Una solución inmediata y sin mayor esfuerzo que el de desear la sanidad. Sería maravilloso lograr lo mismo con otros males corporales, psicológicos y sociales muy comunes hoy en día: depresión, baja autoestima, pobreza económica, obesidad, entre otros. Libros como El Secreto, así como otros de metafísica, explotan esta idea para vender textos, videos, conferencias y toda suerte de elementos que ayuden a la gente común a conseguir sus deseos, sin embargo, lo que esos libros y videos no explican es que están sacando de contexto la afirmación de Jesús puesto que sí fue la fe la que sanó al leproso del que habla la Biblia (y a nueve leprosos más que estaban con él), revivió al hijo de la viuda, curó a la mujer con las hemorragias, etc. No obstante, no fue una fe que se basaba en el solo deseo de tener salud - todos ellos deseaban estar sanos desde hace mucho tiempo- sino en las palabras de Jesús. La fe de estas personas se basaba en los hechos de Jesucristo que respaldaban la confianza en que lo que él dijera, por imposible que pareciera, podía ser posible. Por eso "El Secreto" es una mentira, porque enseñan a tener fe en la fe y no en la palabra de Dios.

Además, la fe de las personas de la Biblia siempre estaba acompañada de alguna acción: caminar rumbo donde los sacerdotes -fue lo que hizo el leproso-, escuchar, tocar el mando de Jesús, en fin, obras visibles que mostraran la confianza en lo que Jesús podía hacer, no en lo que el enfermo creía o deseaba, y que eran anteriores al hecho de obtener la sanidad. Esto nos confirma que no se trata de solo desear sino de actuar en lógica para lograr esos deseos. Así las cosas, convendría que nos fijemos en qué y en quien estamos poniendo nuestra fe y las acciones que estamos tomando para conseguir nuestros propósitos, quizá ya descubriste que "el secreto" verdadero es creer en Jesucristo.

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