Cielo Despejado

Esta tarde salí al patio de mi casa y levanté la mirada al cielo, sentí una satisfacción enorme y una sonrisa se dibujó en mi cara al ver ese hermoso azul que desde hace más de una semana no veía. Y descubrí el gozo de percibir la brisa fresca corriendo y llevándose las nubes que se habían convertido en paisaje cotidiano mañana, tarde y noche.

También pensé en que, así como me causa tanta alegría "recuperar" el azul celeste al cabo de tanto tiempo, deberíamos alegrarnos cada instante por lo que tenemos y a veces no apreciamos suficiente porque lo consideramos corriente al punto de darlo por seguro: el brillo del sol, un sorbo de agua limpia y fresca, el cobijo de nuestro techo, ropa limpia para vestir, los caminos por lo que andamos... cuántas cosas que están allí sin que las notemos en todo su valor, hasta que nos vemos en peligro de perderlas.

En estos dias estamos recibiendo lecciones muy importantes: no demos nada por seguro, debemos agradecer cada día por lo que tenemos, ser generosos, enfocar nuestra atención en lo importante sin perder de vista lo pequeño, mostrar interés por los demás (no necesitamos resolver sus problemas, sólo acompañar emocionalmente es suficiente la mayoría de veces). Como escribió Antoine de Saint-Exupéry en El Principito: "lo esencial es invisible a los ojos" y en ocasiones dejamos pasar por alto lo esencial al quedarnos rumiando el pasado o concentramos en lo superfluo.

Un cielo despejado fue mi motivo esencial y gratuito para sonreir y agradecer. ¿Te has permitido encontrar tu propio motivo el día de hoy?

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