¿Aclamando a un Suicida?


La muerte de Amy Winehouse me hace pensar: ¿debemos apoyar la carrera de artistas de quienes se sabe que son adictos y alcoholicos? Asistir a un concierto donde probablemente esté drogado y ebrio es decirle a ese artista que admiramos la manera en que está destruyendo su talento y su vida, quizá no le estemos poniendo las drogas en las manos pero es como si aplaudiéramos el modo en que se mata poco a poco. ¿Ovacionaríamos con el mismo entusiasmo si quien se subiera al escenario en ese estado fuera una persona allegada nuestra?

Lo que antes era motivo de preocupación hoy es causa de comentarios que admiten las adicciones como "una parte de ser artísta". Recordemos que es, ante todo, un ser humano el que muere cuando muere un cantante o actor. Es triste que ya haya un Club de los 27, músicos jovenes y talentosos que murieron a los 27 años a causa de sus adicciones y su vida desordenada. Se les convierte en "leyenda" como si fuera un mérito fallecer en esas circunstancias. Más que idealizarlos deben ser un ejemplo de lo que NO DEBEMOS ASPIRAR, de lo que no se debe elogiar.

Revisemos quiénes son los idolos de la juventud actual y después de identificar los ideales que promueven pensemos muy bien si es el tipo de artistas a quienes debemos apoyar asistiendo a sus conciertos o comprando su música porque quizá, sin quererlo, al paso del tiempo el Club de los 27 se llene de miembros menos famosos y más cercanos a nosotros.

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