¿Vacaciones y Rupturas Amorosas?

Según un estudio realizado en España, tres de cada cuatro parejas que rompen su relación lo hacen después de las vacaciones. Al parecer el tiempo adicional compartido en familia y con la pareja durante la época vacacional aumenta el nivel de estrés, además, se presta también para que salgan a flote las diferencias y los temas conflictivos que suelen mantenerse encubiertos el resto del año a causa de las ocupaciones cotidianas.

El simple hecho de que algunas veces los viajes implican mayor cantidad de actividades que si estuvieran en casa es un punto de discusiones de pareja, esto también aplica porque cuidar los niños y hacer de comer siguen siendo parte de los tiempos de vacaciones que, aparentemente, tendrían que ser de descanso. Lo anterior se deriva de ideas erróneas sobre las actividades que implican las vacaciones ya que, para muchos, lo ideal es rentar un apartamento por dos semanas lo cual implica preparar comidas, lavar ropa, cuidar a los hijos, etc. Es decir, solo cambian el lugar de las obligaciones aunque la carga sigue siendo la misma. ¿Convendría pagar una semana o unos pocos días en un hotel, comiendo de restaurante y sin lavar ropa? Es probable que sí puesto que realmente sería un tiempo de descanso y ruptura con las rutinas para disfrutar el placer de no tener tareas caseras pendientes.

La crianza de los hijos también debe ser un punto a considerar, ya que es importante enseñarles progresivamente a ser independientes y que capten la necesidad de tiempo y espacio que tiene la pareja. Esto se logra enviando los niños con familiares, amigos o campamentos durante unos días a fin de que ellos tengan nuevas experiencias y de liberar a la pareja de las tensiones y obligaciones propias de estar cuidando a sus retoños. También vale aclarar que los sentimientos de culpa deben excluirse de la planeación de esta temporada, ya que si por asuntos de trabajo no se les puede dedicar mucho tiempo no es en vacaciones cuando hay que intentar compensar lo que no se convive con ellos durante el resto del año porque se causa una saturación, más bien hay que equilibrar el uso del tiempo y las actividades compartidas, esto proporcionará mayor satisfacción a padres e hijos, y salvará a la pareja de enojos y disgustos que pudieron evitarse.

Y para las parejas sin hijos: disfrutar y lograr que ambos realicen actividades que les satisfagan es la clave. Ya que son dos opiniones las que deben conciliarse acerca del cuándo, dónde, qué y cómo es importante que cada uno ceda parte de su tiempo y sus gustos en favor del otro ya que esto propiciará un ambiente de camaradería, romance y complicidad que fortalecerá la relación.

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