¿Realmente el Tiempo Pasado fue Mejor?

"Todo tiempo pasado fue mejor" es una de las frases favoritas de personas mayores quienes sintetizan en esa expresión la añoranza de lo pasado, el inconformismo con el presente y la incertidumbre sobre el futuro. Algunas personas que no son tan mayores también encuentran gran verdad en la misma frase, esto pese a que muchos jovencitos piensan que no puede ser cierto. Desde mi óptica ambos grupos tienen la razón ¿Cómo pueden ser posibles al mismo tiempo dos ideas opuestas?

Es cuestión de identificar desde dónde habla la persona: desde la desilusión de los planes no realizados y unos años mozos lejanos o desde la expectativa de lo que está por venir y la falta de temor a la muerte. Esto porque si el pasado fue el espacio para su realización estará deseando volver a ese esplendor aunque sea por medio de los recuerdos para recobrar aquello que le hacía fuerte y que hoy no está al alcance de su mano. Mientras que cuando es un jovencito el que desmiente la expresión mira hacia atrás y no hay mucho que le permita decir que sus días de infancia son mejores que otras vivencias, más bien desea intensamente que llegue ese futuro donde será libre, maduro y exitoso. Claro que habrá excepciones a esta manera de pensar, sin embargo, será fácil comprobar que una parte importante de la población comparte lo planteado. El punto es que ambas visiones son válidas, aunque incompletas porque surgen de la idealización del pasado y del futuro, respectivamente.


El pasado no existe como tal, solo es el resultado de lo que la memoria colectiva e individual quiso rescatar y conservar a fin de justificar una conducta o una situación. Si podemos confrontar nuestros recuerdos al cabo del tiempo nos daremos cuenta que cambiamos, agregamos u omitimos elementos a fin de que sean congruentes como sustento de una idea, sentimiento o acción. Si desea hacer el experimento pregunte a alguno de sus compañeros de primaria el color del cabello de su profesora de quinto grado, luego pregunte a dos o tres más; hay gran posibilidad que cada quien lo recuerde de un modo diferente, después compruebelo con una foto o con la profesora misma si es que aún tiene contacto con ella. Ahora pregunte a sus padres la razón por la que tuvo esa discusión tan fuerte con su amiga inseparable de kinder. Siga preguntando detalles o anécdotas sobre su vida a personas que compartieron la situación con usted y hallará más diferencias que coincidencias. Esto es así porque hacemos del pasado lo que "nos conviene" al igual que con el futuro, ya que no recuerdo haber conocido a alguien que, siendo adolescente, se viera a sí mismo como un adulto fracasado, infeliz, quebrado financieramente, enfermo o algo así.

El pasado es algo que podemos recordar lleno de dolor o de momentos hermosos, depende de nosotros dónde poner el énfasis. Lo cierto es que nuestro pasado no se debe convertir en un lastre ni el futuro en un sueño permanente que nos impidan disfrutar el presente tal y como llega, gozando lo bueno, aprendiendo las lecciones y sacando fortaleza de lo negativo. Además, el pasado es un conjunto de momentos que fueron "el presente" y también fueron el futuro, es decir, lo que sucede a cada instante es nuestra vida y sólo por ese hecho ya es digno de ser valorado por si mismo y sin comparaciones respecto a nuestra propia existencia o a la de alguien más.

No te olvides de agradecer a Dios por cada día de vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿No tener hijos es un castigo de Dios?

Confrontar a la Autoridad: ¿Valor o Rebeldía?

¿Más espinas que rosas?