¿Cuál es la Mejor Forma de Terminar el Año?

En medio del alboroto comercial y mediático por la navidad y el fin de año la recurrente pregunta es ¿qué haré para terminar bien el año? Y es un cuestionamiento que se repite en boca de familiares y amigos.

Casi siempre empezamos a pensar en una rica y generosa cena, en compañía de familiares y amistades; también los viajes y las fiestas son opciones muy aclamadas. De hecho, hasta hace media hora estaba aún pensando al respecto y, entonces, abrí mi correo electrónico y me encontré con un saludo de fin de año de un ex-jefe. Al leer su mensaje me di cuenta que desde que él renunció para ir a radicarse en otro país hemos tenido muy escaso contacto. Sin embargo, lo importante de ésto es que me hizo pensar que muchas veces pasamos por alto saludar, recordar a las personas con quienes compartimos parte de nuestra vida, dejamos que los afanes y el inmediatismo se apodere de gran parte del tiempo y energía de los que disponemos y nos concentramos en las caras que vemos todos los días, olvidando amigos y conocidos que nos mantienen presentes en su mente... y no sólo eso, también lo manifiestan de manera tangible pese al tiempo y la distancia.

Al reflexionar en todo lo anterior llegué a la conclusión de que la mejor forma de terminar el año es DANDO GRACIAS. Así, tan simple como parece, es lo mejor que podemos hacer para cerrar con broche de oro un año en el que tuvimos altas y bajas, tropiezos y triunfos. Debemos estar agradecidos porque llegamos vivos a esta fecha, porque nuestros seres más amados están con nosotros (física o espiritualmente), porque tuvimos alimento en nuestra mesa, cobijo en nuestro lecho y un sitio al cual llegar después de cada batalla diaria. Quizá las finanzas no fluyeron como deseamos o tuvimos algún quebranto de salud o perdimos algo o alguien valioso para nosotros y eso nos entristece, lo bueno es que podemos agradecer por tener la oportunidad de voltear el calendario y empezar de nuevo a trabajar por esa meta, a restablecer nuestra mente y cuerpo y todavía nos quedan los recuerdos y todo lo bueno que vivimos como alimento para reemprender nuestro camino.

Doy gracias a Dios por la familia, las amistades y la provisión que tuve durante 2009. Me siento privilegiada por contar con este espacio para compartir mis pensamientos y agradezco a quienes los leen y comentan. Esta noche, con el favor del Padre Celestial, podré dar gracias por lo vivido durante este año, por ver el inicio de 2010 y por lo que ha de venir en adelante. Así voy a terminar este año, la cena y el festejo es algo complementario, rico y agradable, pero solo es adicional a lo principal: estar viva y tener con quien y con qué festejar.

Ahora bien, tú ¿qué es lo que tienes que agradecer en este fin de año?

Por eso, Dios nuestro, te damos gracias, y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas. 1 Crónicas 29:13 (NVI)

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Filipenses 4:6 (NVI)


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